En un mundo donde los drones son cada vez más comunes en aplicaciones comerciales y recreativas, la seguridad en su operación es fundamental. Julián Estévez, investigador de la Universidad del País Vasco, ha desarrollado una innovadora tecnología de navegación autónoma que promete revolucionar el espacio aéreo poblado por estas aeronaves no tripuladas. Mediante el uso de sensores y cámaras a bordo, esta tecnología permite evitar colisiones entre drones de manera eficiente y a un coste accesible.

Desarrollo de la Tecnología Autónoma

El estudio llevado a cabo por el Grupo de Inteligencia Computacional (GIC) de la UPV/EHU ha verificado que esta solución no solo es efectiva, sino también económica. A través de un algoritmo basado en visión artificial y en la identificación de colores, los investigadores han logrado validar la tecnología en drones comerciales.

Julián Estévez señala: “Hemos desarrollado una tecnología robusta para evitar satisfactoriamente la colisión entre drones, que puede ser fácilmente extrapolable a la mayoría de los robots aéreos comerciales y de investigación; además, proporcionamos el código software completo de la solución”.

La clave de esta innovación radica en la autonomía total de los drones. A diferencia de la mayoría de los drones actuales, que requieren intervención humana, esta tecnología permite que los drones tomen decisiones de vuelo de manera independiente. “Este trabajo es un pequeño paso hacia la navegación completamente autónoma”, menciona Estévez, subrayando la importancia de preparar el espacio aéreo para un futuro donde el tráfico de drones sea mucho más denso.

Un Sistema Inspirado en la Naturaleza

El sistema desarrollado por Estévez y su equipo se basa en una técnica simple pero efectiva. Cada dron está equipado con una tarjeta roja que actúa como un marcador visual para el algoritmo de detección. La cámara a bordo del dron está programada para identificar el color rojo, dividiendo su pantalla en dos mitades: izquierda y derecha. Este enfoque permite a los drones determinar la dirección desde la cual se aproxima otro dron.

“Si la mayor parte de la zona roja está en la parte izquierda de la pantalla, el dron volará hacia la derecha para evitar la colisión. Si la zona roja está en la derecha, lo hará hacia la izquierda”, explica Estévez. Este método es similar al comportamiento humano al caminar, donde las personas se apartan para evitar colisiones.

Además, el algoritmo puede detectar el aumento en el porcentaje de color rojo en la pantalla, lo que indica que dos drones se están aproximando de frente. Cuando se supera un umbral predefinido, el dron realiza automáticamente una maniobra de evasión.

Pruebas en Condiciones Realistas

Los experimentos realizados han imitado escenarios realistas, simulando condiciones comunes en áreas urbanas y enfrentando a los drones a diferentes direcciones de vuelo e iluminación no controlada. Esta atención al detalle asegura que la tecnología pueda ser aplicada eficazmente en situaciones del mundo real, a pesar de haberse desarrollado inicialmente en un entorno de laboratorio.

Conclusión

El trabajo de Julián Estévez y su equipo representa un avance significativo hacia la navegación autónoma de drones, ofreciendo una solución asequible y efectiva para evitar colisiones. Esta innovación no solo mejora la seguridad de las operaciones de los drones, sino que también prepara el camino para un futuro donde los drones desempeñen un papel más prominente en nuestra vida diaria. Con la capacidad de operar de manera completamente autónoma, estas aeronaves no tripuladas prometen transformar industrias y servicios en todo el mundo.

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